miércoles, 27 de febrero de 2013

SATURNISMO "El cólico de los pintores"

Goya. Saturno devorando a sus hijos - Dominio público

No hace mucho tiempo, la profesión de pintor hubiera tenido que   considerarse de alto riesgo para la salud. La belleza que desprenden blancas  veladuras, suntuosas telas , e incluso pequeñas ilustraciones en los códices medievales, costaron la vida y la salud mental a un número indeterminado de artistas.
      La enfermedad a la que estaban expuestos se llama Saturnismo. Consiste en una intoxicación por metales pesados, especialmente el plomo. Los síntomas de la enfermedad son : cólicos, dolores de cabeza y embotamiento, en fases leves.  Si la enfermedad se desarrolla más, por exposición continuada al plomo, provoca agresividad, sordera y finalmente , la muerte.
Parece ser que fueron los romanos los primeros en sufrir sus efectos perniciosos. Durante las fiestas en honor del dios Saturno, las Saturnales, se consumía una gran cantidad de vino.El vino se preservaba en ánforas forradas de plomo, que se disolvía en la bebida, provocando comportamientos desordenados y enloquecidos que motivaron que se le diera este nombre a este trastorno. Algunos autores señalan que el Saturnismo puede ser la causa de la   locura recurrente en los Julio-Claudios ( Calígula, Nerón, ).

 Vitrubio, de hecho, ya era consciente del peligro del plomo, y recomienda que se utilice como recubrimiento de cañerías de aguas residuales, pero nunca de aguas potables. Esta enfermedad afectaba más a las clases altas, ya que tenían mayor acceso al vino y a ánforas recubiertas con sustancias sofisticadas.
El envenenamiento lento por metales pesados puede ser rastreado con facilidad, porque queda fijado en los huesos. De esta forma, se investigó sobre los restos de Beethoven, y se llegó a la conclusión de que había padecido Saturnismo.
  EL veneno del plomo estaba en pigmentos imprescindibles para los pintores. Tres son los colores más importantes. El primero, el albayalde, o blanco de plomo. Hasta el descubrimiento de los pigmentos sintéticos, el blanco más importante. Muy cubriente, permitía además efectos de transparencia necesarios para las veladuras.   Su nombre árabe da idea de la universalidad del pigmento. Barato, fácil de obtener, hasta hace poco se usaba para también para pintar paredes, con el consecuente riesgo de intoxicación.
Un luminoso amarillo, el de Nápoles, es el segundo pigmento en importancia. Era de uso muy común , sobre todo por ser económico, desde el barroco. Se basaba en una síntesis química del antimonio. Es poco cubriente, pero sus competidor el amarillo índigo es mucho más caro y el ocre amarillo no permite los matices untuosos y brillantes.
Y el más peligroso de todos, por lo fácil de encontrar , se utiliza desde muy antiguo, es el tetróxido de plomo, o en lenguaje común , el minio. Es un pigmento rojo anaranjado, que se encuentra de forma natural, en concreto proviene de las márgenes del Miño. Y se utilizó sobre todo para iluminar códices y manuscritos medievales. Del minio proviene la palabra miniatura.
Hasta hace poco se usaba como antioxidante, para proteger superficies expuestas a la intemperie. Todos ellos son tan tóxicos que están prohibidos. Todavía se puede encontrar amarillo de Nápoles, pero es una imitación química sin peligro alguno.
El Saturnismo tiene un aura especial en su relación con el arte. Desde Vasari, el artista ha sido valorado según un código de comportamiento especial en el que destaca la excentricidad. La violencia, los excesos, los ataques temperamentales, todo ello está asociado con los artistas , pero también con Saturno, el dios romano capaz de acciones tales como devorar a sus hijos.
Se atribuye en parte la violencia exacerbada del comportamiento de Caravaggio, que buscaba y provocaba peleas sin motivo alguno , a un saturnismo provocado por su contacto constante con colores tóxicos.
También la exposición a pigmentos tóxicos pudo ser la causa de la misteriosa enfermedad de Goya, que le provocó sordera y una creciente misantropía, al igual que Beethoven. Comportamientos que no son raros en la idea que tenemos de un genio artístico.
Algunos estudios recientes atribuyen al saturnismo las crisis periódicas de Van Gogh que le provocaban ataques de agresividad, contra sí mismo y contra los demás.
Estas especulaciones están confirmadas en un caso : el de Marià Fortuny. Fortuny era un gran dibujante y un pintor fascinado por la luminosidad de los colores, que obtuvo la beca de la Academia Española en Roma, donde desarrolló gran parte de su trabajo.
Pero el talento de Fortuny se apagó en plena juventud debido a una mala costumbre: Sujetaba los pinceles con la boca cuando trabajaba en sus acuarelas. Entre las sustancias que introducía en su organismo estaban arsénico (verde),cianuro (azul de Prusia), , mercurio (bermellón)y plomo (blanco y amarillo). Todos ellos metales pesados.
La mirada nostálgica que evoca el pasado como un tiempo en el que el hombre vivía en mayor armonía con la naturaleza, a veces nos hace olvidar las ventajas que ha traído la tecnología industrial. La mayoría de estos pigmentos tienen ahora una imitación sintética que hace prácticamente inocuo el contacto con ellos.

Fuente: Ana Molinero



                                                                                                                            

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